El coche ideal

Inspirado por el artículo del reloj ideal, y viendo la dificultad de encontrar el modelo perfecto, he decidido hacer lo mismo, pero en este caso, con coches.

Afortunadamente el trabajo ha sido más sencillo, y debo admitir que el modelo perfecto, ¡existe!

Porsche 911 Turbo S
El Turbo es la versión más destacada del 911, y a su vez el S, la edición más exclusiva de éste. Con su legendario motor bóxer de 6 cilindros, pero debidamente actualizado con el paso de los años, dispone de 560 CV, lo que le da una velocidad punta de 318 Km/h, y le permite acelerar de 0-100 en solamente 3,1 segundos. Es utilizable en el día a día, y consigue un consumo medio de 9,7 l/100, que es más que razonable.

Tracción a las cuatro ruedas, cuatro ruedas directrices, cambio de doble embrague PDK (Porsche Doppelkupplungsgetriebe), y una bella estampa inspirada en el 911 original. Por pedir está disponible incluso en versión descapotable.

Su único fallo, el precio: algo menos de 225.000 euros.


El coche ideal

Nissan GT-R NISMO
De manera similar al Turbo S, el GT-R es la punta de lanza de Nissan, y el Nismo el tope de la gama GT-R. Ésta preparación deportiva llega a los 600 CV, con una velocidad máxima de 315 Km/h, y una escalofriante medición de 0-100 de 2,7 segundos.

Cuenta también con tracción a las cuatro ruedas, y una base electrónica que es de lo más elaborado que existe en la actualidad, pero no equipa dirección a las 4 ruedas (HICAS), como si hacían los anteriores R33. El precio, pese a ser algo más contenido que en el Porsche, es elevado también, unos 150.000 euros, es decir, 50.000 más que la versión no preparada por Nismo.


El coche ideal

6 comentarios en “El coche ideal”

  1. Me gusta tu elección sin duda, yo también lo considero JOYA DE LA CORONA. No obstante añado a tu lista un coche que me parece que va a pasar a ser muy demandado ahora y en el futuro: Jaguar F-Type ¿qué te parece?

  2. Javier Gutiérrez Chamorro (Guti)

    Me parece un coche precioso el Jaguar F-Type, especialmente en su versión cabrio. Sin embargo no entra en lo que yo considero un coche perfecto, del mismo modo que tampoco lo hace un Ferrari 458 Italia, o un Bentley Continental.

    En mi caso, el coche perfecto debe ser deportivo, pero utilizable a diario y con un consumo de combustible razonable, pero sobre todo, con una tecnología que facilite su conducción incluso a elevada velocidad, y en ese sentido, es imprescindible la tracción integral, las cuatro ruedas directrices, o el cambio secuencial de doble embrague.

  3. Bueno, al ser coches muy exclusivos, se les toleran sus defectos. ¿Sería el coche ideal si fueran coches comunes en nuestras carreteras? Desde luego que no. Vivo al lado de una autovía de 8 carriles, y el ruido que generan los motores de coches potentes es horrible. Uno se conciencia rápido. Por algún motivo extraño (o no tanto), a los coches potentes se les permite de serie hacer más ruido. De ser coches comunes, mi vida sería un infierno.

  4. Javier Gutiérrez Chamorro (Guti)

    Personalmente no doy importancia a la exclusividad Elias, sino a lo que ofrecen.

    En cuanto al ruido más elevado de los coches potentes, nunca me lo había planteado, pero es lógico. Motores más grandes, y sobre todo ruedas más anchas, que son las que producen la mayor parte del ruido a alta velocidad.

    Acerca de que se les permita hacer más ruido, creo que no es cierto. La homologación requiere no exceder un máximo de decibelios, pero dudo que consideren el ruido de rodadura.

  5. La normativa que entra en vigor en 2016 obliga a los vehículos a pasar de 74 db a 68 como máximo, y permite 9 db más a los vehículos deportivos, o más potentes. No aclara a que vehículos se permite esos 9db más, pero supongo que es para ese tipo.

  6. Javier Gutiérrez Chamorro (Guti)

    Muy interesante Elias. La verdad que no tenía ni idea.

    Meditando al respecto, no se si me parece una medida justa o injusta. Es injusta, ya que todos los vehículos deberían cumplir la misma normativa. Pero al mismo tiempo es justa, ya que no todos pagan los mismos impuestos.

    Un saludo.

Deja un comentario