Un día con el Formex REEF 300M

En este artículo no voy a relatar exquisitas comidas en restaurantes de lujo, ni un viaje en avión a algún país exótico. Tampoco los placeres de conducir un coche deportivo por una revirada carretera casi desierta. Hoy es un día normal en mi vida, un día laborable y por tanto de trabajo. No es un día especial, pero sí que es uno como el que la mayoría de nosotros vivimos.

Un reloj es un objeto que se utiliza, y se disfruta a diario, aunque no estemos rodeados de glamour. Si nos damos cuenta, la mayoría de días son así. Son días normales de gente normal. ¿Qué se siente tras estar una jornada completa con un Formex REEF 300M?

Un día con el Formex REEF 300M

5:00

Mi radio-despertador está puesto a las 6 de la mañana. Hoy no me despierta la música bailable de Máxima FM, porque son las 5:43 según los dígitos LED verdes y ya estoy con los ojos abiertos. Me pasa con cierta frecuencia, y más de la mitad de los días suelo despertarme antes de que suene la alarma. A quien madruga Dios le ayuda, así que me levanto de la cama sin arrebujarme, con decisión como casi siempre.

6:00

El día comienza y hay que afrontarlo con energía. Coloco el reloj en mi brazo, ciño el cierre, y pulsando los sobredimensionados pulsadores bloqueo el cierre. Sin apenas darme cuenta ya llevo en la muñeca el prototipo del Formex REEF Automatic Chronometer COSC 300M, el reloj que me ha acompañado casi ininterrumpidamente durante estos últimos días, y aún en pijama, me preparo un café y me siento en la mesa de la terraza. Como Paul Davis, “el día comienza cuando me pongo el reloj“.

Un día con el Formex REEF 300M

Con el teléfono en la mano, empiezo revisando los emails que han llegado a mis diferentes cuentas de correo, una mezcla de mensajes personales, profesionales, y también de la página web. Los voy revisando superficialmente como una forma de planificarme el día, pero no respondo ninguno, solamente me voy organizando mentalmente. Después reviso los comentarios del blog, pero de momento tampoco los respondo. Entro en Twitter huyendo de las noticias de actualidad, y finalmente decido entretenerme unos minutos viendo fotos de relojes en Instagram.

Es el momento de ir a la ducha. Miro mi muñeca para asegurarme, como si en la apenas media hora que ha transcurrido desde que me lo abroché me hubiera ya olvidado del reloj que llevaba. Suelo quitarme los relojes antes de que entren en contacto con el agua, pero hoy voy con la tranquilidad que proporciona la elevada resistencia al agua del REEF, hasta 300 metros.

Instintivamente compruebo con la punta de mis dedos que la corona está roscada. Después del aseo me cepillo los dientes. Presto atención a las gotitas de agua que aún resbalan lentamente por encima del cristal de zafiro, como si fuera una pista de hielo en la que el agua patinase.

Un día con el Formex REEF 300M

Un día con el Formex REEF 300M

7:00

Ya tengo la ropa del día preparada, siempre la dejo lista la noche anterior. Con la piel seca me visto y salgo a la calle a tomar un café en una panadería cercana. Hoy me espera un día con mucho trabajo, así que apuro el paso y no me recreo tanto con mi “café latte”.

Un día con el Formex REEF 300M

La tenue luz de la salida de sol ha excitado lo suficiente la LumiNova del reloj como para que en la relativa oscuridad del portal lo vea brillar en color azul (BGW9). Eso me da la excusa para consultar la hora de nuevo, las 7:48.

Un día con el Formex REEF 300M

8:00

Empiezo la jornada un poco antes de las 8 de la mañana, eso me da algo de tiempo con tranquilidad, sin interrupciones; lo que me permite ponerme al día de emails y organizarme. Giro mi muñeca y veo la bonita esfera azul que ya empieza a iluminarse por los rayos de luz natural, son las 7:49.

Soy consciente del avance de la mañana porque la frecuencia de los mensajes de chat va en aumento, el teletrabajo es lo que tiene. Voy despachándolos con agilidad, algunos sólo me incumben de manera informativa, aunque hay un par de ellos que me anoto porque necesitarán de mi intervención.

En la pantalla del ordenador salta un aviso, en 10 minutos tengo la primera reunión. Instintivamente miro el Formex, va clavado con la hora del PC marcando las mismas 8:50, es la garantía que tiene cuando el reloj cuenta con un certificado cronómetro emitido por el COSC. Abro la notificación, afortunadamente es una reunión interna, para coordinar al equipo así que no tiene tanta tensión ni responsabilidad a que si fuera directamente con el cliente.

9:00

Sigo en la vorágine del trabajo… El Formex sigue en la muñeca, pero lo tengo tan integrado y su brazalete es tan cómodo que incluso me olvido de él. Me olvido también de las fotografías para retratar el reportaje. Así que a las 9:21 paro unos instantes.

Un día con el Formex REEF 300M

10:00

Otra reunión más que ha terminado. Esta era con un cliente que lleva años con nosotros y ha sido muy satisfactoria para ambas partes.

Un día con el Formex REEF 300M

11:00

Aprovecho para encargarme de las cosas que tenía que hacer. Un par de situaciones que hay que solventar. La primera apenas me lleva tiempo, sin embargo la segunda, rodeada de una combinación en donde intervienen varias partes todavía está en fase de investigación y parece como si no avanzase. Las conversaciones en el chat van interrumpiendo mi concentración, intento obviarlas pero mi cerebro termina finalmente dispersándose.

12:00

Miro la esfera azul con unos elegantes toques tornasolados o sunburst. Su efecto es relajante. Inconscientemente mi cerebro interpreta la hora que marcan las manecillas, son ya las 12:19 y todavía tengo que resolver el problema que estaba revisando.

Un día con el Formex REEF 300M

13:00

El tiempo corre que vuela, pero durante los últimos minutos he logrado avanzar. El problema lo había causado una fuente de información incorrecta, un proveedor del cliente nos hizo llegar unos datos incorrectos que nosotros colocamos sin más. No fue culpa nuestra, pero podríamos haberlo detectado mucho antes. El tema ya está encarrilado, es conseguir los datos buenos e insertarlos.

14:00

Paramos para almorzar, la mal llamada comida. Puedo comer tranquilo sabiendo que los dos asuntos que tenía pendientes están ya en vías de solución. Tras comer con bastante velocidad, justo lo que no recomiendas los especialistas, me tomo un café descafeinado y me reincorporo a la silla del despacho.

Un día con el Formex REEF 300M

15:00

En la tarde la casa está silenciosa, la niña está en la guardería, y se nota su ausencia. Apenas soy consciente de ello porque me he puesto con los emails y los chats pendientes que no había podido atender desde primera hora de la mañana. Me paso más de 15 minutos leyendo y respondiendo, son de contenido informativo o que piden mi opinión. Entonces me doy cuenta que entre las conversaciones se me han escapado tres cosas que debo hacer.

Un día con el Formex REEF 300M

16:00

Sólo me queda una tarea, las otras dos las he podido delegar. La tranquilidad me permite concentrarme y me siento productivo avanzando con rapidez. Mientras escribo en el teclado y muevo el ratón me doy cuenta en cómo la aguja segundera transcurre con suavidad. Exactamente a 28.800 vibraciones por hora, es decir 8 saltos por segundo o dicho de otro modo: 4 hercios. Aprecio su movimiento y me da la impresión que los segundos pasaran más lentos, como si un segundo fueran dos o tres.

17:00

Debo llevar bastante sin mirar el reloj porque mi subconsciente no tiene ni idea de la hora que debe ser. Un giro rápido de la muñeca y veo que son las 17:42; esta vez no me recreo en ello. A esa hora ya ha terminado mi jornada de trabajo oficial, pero aún me quedan unas cosas por revisar. Salgo de nuevo a la terraza y me siento en la silla unos minutos. Tal vez 2, tal vez 4. Descanso mis ojos y luego enfoco al horizonte. Estiro el cuello y la espalda varias veces.

Un día con el Formex REEF 300M

18:00

Por fin he terminado, así que rápidamente me calzo unas zapatillas y una sudadera y salgo a dar un paseo. Me oxigena, me permite estirar las piernas y a su vez hacer algo de actividad física que de otro modo sería imposible.

Es con luz natural cuando se aprecian las virtudes de un buen cristal de zafiro con tratamiento antirreflejos. Aunque el sol ya está bajando la lectura de la esfera del reloj es óptima.

Un día con el Formex REEF 300M

19:00

De regreso a casa es el momento de compartir con la familia, de aprovechar el poco tiempo libre que nos queda para estar juntos.

21:00

Son algo más de las 9 de la tarde. Digo de la tarde porque es 18 de mayo dejando evidente que los días se alargan. Me acerco al contenedor a tirar la basura, un trámite de apenas cinco minutos entre ir y volver y que a diario hago sin pensar. Hoy me fijo en un pequeño jardín por el que siempre paso. Las plantas están en flor, llenas de vida. Me tomo una fotografía con el Formex y me viene un pensamiento a la mente. Es el encanto de los relojes automáticos, a diferencia de los de cuarzo, se mueven de una forma que podemos comprender, pero además lo hacen gracias a nosotros, a nuestros movimientos. Somos sus portadores los que les damos vida.

Un día con el Formex REEF 300M

22:00

Es una buena costumbre ir a dormir temprano, a quién madruga Dios le ayuda. Pero antes de dormir, lo mejor es tener una buena lectura entre manos.

Os dejo. ¡Hasta mañana!

Un día con el Formex REEF 300M

Después de escribir crisis de los blogs, webs y revistas en donde recordaba las revistas del motor, se me ocurrió hacer una prueba a fondo de un reloj. Mostrando el uso que cualquiera le podría dar a esta pieza. No copiando lo que dice la web, no usando fotos de estudio, sino llevándolo en la realidad y mostrándolo en condiciones reales.

Más información

Prueba en javiergutierrezchamorro.com.
Nota de prensa Guardatiempo.
Página del producto en Formex.
Página del producto en Igormó.
Prueba del Formex Pilot Automatic Chronograph en javiergutierrezchamorro.com.

18 comentarios en “Un día con el Formex REEF 300M”

  1. Madre mía, si yo tuviera que hacer esto con “un día con mi reloj…”, más de uno se espantaría, jaja! Qué ordenado eres… ¿La ropa del día preparada la jornada anterior? ¿Leer los mensajes de correo para estructurar el día? ¿Relajadamente tomando un café en la terraza antes de vestirte? Madre mía… Yo debo vivir en un caos absoluto.

    También he visto que a medio día… ¡y ya vas por tres cafés!

    Es un post diferente. Me ha gustado mucho y me ha parecido muy entretenido, porque la mayoría, si explicásemos nuestras rutinas, nos dormiríamos nosotros mismos.

  2. Javier Gutiérrez Chamorro (Guti)

    Cierto, me gusta ser ordenado, al menos en aquello que depende de mi Bia Namaran. Intento seguir unos horarios bastante fijos y establecidos, al menos para comidas e ir a dormir, y efectivamente aciertas en que tomo más cafés de los recomendados. Creo que la dosis que se considera conveniente son una o dos tacitas al día.

    Me parece que te parece interesante porque es algo diferente a ti. Todos tenemos vidas más o menos curiosas y con cierto interés vistas desde fuera, sólo que las nuestras las conocemos tanto que nos parecen monótonas. En todo casi mi intención era intentar plasmar como, pese a ser un día de los más normales para mi uno puede verlo de forma especial simplemente por el reloj que lleva.

  3. Epa, eso es lo que se llama planificarse bien. Como bien dice el amigo Bia, es un post diferente, muy ameno de leer y no por eso deja de ofrecer información valiosa del reloj.
    Hablando del mismo, es muy bueno el trabajo de diseño que han hecho sobre estetica y acabados, el bisel es una maravilla, no tendrá suficiente legibilidad bajo el agua pero para lucir elegante es de primer nivel. Pareciendo inconformista solo destacar que me gustaria intercambiar el tamaño (No la disposición) de las fuentes de Marca y Modelo pues son mas grandes las ultimas, pero es un detalle menor y subjetivo mio. Me parece un reloj muy bien logrado, algo poco usual en marcas no tradicionales.

  4. Si fuera tan amable, quisiera hacerle unas preguntas Don Javier,

    ¿Todavia se pueden enviar fotos a su blog para la Galeria de relojes?
    Si la respuesta es afirmativa, ¿a que dirección se deben enviar?
    ¿Que frecuencia aproximada de salida tiene la Galeria de su blog?

  5. Acabo de leer su ultimo comentario del post anterior a este, hablando de la precision del calibre Seiko NH35 y me gustaria decir que aqui (en Cuba) todavia disponemos (a nivel de barriada) de relojeros de verdad con conocimientos (No cambiapilas) que por muy poco dinero nos ajustan el calibre de forma muy precisa. Es una paradoja de paises del 3er mundo. Me gustaria saber si vosotros disponen de esa opción, aunque sea logicamente mas costoso allá.

  6. Pues sí, una entrada diferente. Pero a mí por lo menos Guti no me engaña, seguro que habría alguna llamada o momento personal con Paul Davis y alguno de sus casos, pero que para no levantar la liebre, ni lo menciona. Aunque incluso en ello le hubiera dejado darse una vuelta en su SEAT 124 Sport azul, que seguramente por ello le parecía luego ver pasar más lentos los segundos del reloj.

    Acordaos de lo que digo si en unos días o semanas Guti nos regala una entrada de cómo gestionar o reclamar una multa de tráfico injusta o en la que deliberadamente se nos obvia o niega la información o foto completa que solicitamos… ;-P xD

    Es bonito el Formex, tiene buena planta, y el color que tiene y sus matices muy bonito junto a la textura de la esfera. Me gusta la falsa guarda por el lado opuesto al de la corona. Como la tenía el CASIO MT-D 1056D. Un recurso que no logra la simetría (porque de por sí la que sería una guarda idéntica al lado opuesto, está partida en dos por la corona roscada, a la que debe proteger), pero viste, llega y adorna muy bien a un reloj de buceo que igual sin nada por ese lado se ve soso o vacío… o dan tentaciones como a Invicta de solventarlo ocupándole todo el lateral con un grabado y troquelado gigante de dudoso gusto.

    Ya llevo ya bastantes semanas enganchado a los digitales. A ver si tengo narices mañana de ponerme en la muñeca uno de agujas por lo menos, para variar. Que me empiezan a mirar mal por las mañanas, y no sin razón.

    Mi originalidad del día de hoy (domingo): Matando el rato curioseando en un bazar, el chino de mi esquina, que por su nombre verdadero (o al menos como nos sonaba) el barrio ya le bautizó como el chino Juan (si hasta él se rió y él mismo lo aceptó, por favor “ofendiditos”, pensad antes de decir nada más que previsible que nadie os ha pedido esa opinión) veo que en uno de los mostradores tenía unos modelos de mechero tipo Zippo. Unos QBAK®, pulidos a espejo. Un pelín más basto de ajuste de tapa con el cuerpo, pero bastante aparente. No son Star-I remarcados. Son ligeramente más altos que estos últimos, y más apreciable que el RASTA que compré. El patrón de las perforaciones del protector contra el viento para la llama parece que es directamente una copia del Zippo original. Por lo demás, no pinta mal… 2 euros. Acero inoxidable o si no al menos chapa, nada de latón: el imán pega por todos lados. El depósito también entra muy ajustado en su sitio, diría que mejor que en los otros dos. Aunque en general, el acabado del Star-I es ligeramente mejor.

    Iba realmente buscando una posible solución partiendo de alguna bombilla que viera de las que gastan los típicos focos empotrados de techo (antiguamente de halógenos) para, quitándole el cristal, que me sirva de recambio para la que fue la linterna de mi casa muchísimos años, y la primera “de verdad y grande” que manejé de niño. Ya que ayer me acordé de ella, que hace meses haciendo ronda de pilas por mi casa, me encontré que tenía una de las dos pilas C que tenía sulfatada y empezaba a contagiar a la otra. Por fortuna sin derrame, y la que sulfató es la que quedaba más hacia fuera y apenas siquiera ni dañó el muelle de la tapa y su niquelado. Llegué a tiempo por poco. Pero no me paré mucho a ver si había más daño o como estaba… y no estaba mal, no había derrame dentro ni marca de corrosión, pero sí algo de mero óxido en alguna zona externa (es de chapa con un baño niquelado). Así que me puse a darle una limpieza. Entre una pasada con cuidado por las zonas donde tenía alguna picadura de óxido más marcada con lija 1.500 (para procurar no arañar ni matizar niquelado, lo mínimo posible) y un buen tute con un paño y WD40 (que limpia metales y óxido), mejor de lo que estaba (que tampoco estaba tan mal) quedó, sin tampoco por ello parecer nueva. Tiene sus marcas y encanto que no oculta los años que tiene.

    Pero se me cayó el alma a los pies cuando me di cuenta de que tenía su cristal (es un vidrio, no es acrílico) quebrado. No sé cuándo o si incluso en la misma mesilla de noche, se llevaría algún mal cate. En un alarde de chapuza, logré por lo menos pegar las dos partes en las que rompería limpiamente mientras le encuentro solución. Y es por lo que buscaba alguna bombilla de ese tipo de los halógenos empotrables, que no fuera en blíster en pareja o con más unidades y “buena bonita barata”, ya que por tamaño, si es de las que tienen el cristal que con un poco de maña se les pueda desmontar, pues me valdría perfectamente como recambio. De momento no ha habido suerte, las que había venían en parejas, y eran medio centímetro más anchas, y las que había que tenían su medida, es el cristal real lo que es mucho más pequeño.

    Ah sí, la linterna es una SEAGULL (o SEA GULL), que por lo que recuerdo, debían ser aún finales de los ´80 cuando mi padre la vio por ahí y llegó con ella a casa. Aún tiene su bombilla cálida original que parece muy entera, o sea que debe arder. Le he comprado ya también hoy dos pilas C para probar (dos Panasonic doradas y negras nada menos, seguro que valen más que la linterna xD, pero paso de pilas baratunas que luego pasa lo que pasa), pero como me ha fallado lo del cristal prefiero encontrar primero lo primero, y luego ya darme el chute de oxitocina con la nostalgia al ver esa humilde y económica linterna de chapa con tanta solera que en tantos días de campo, algún apagón o búsqueda de algo por casa protagonizó. La quiero recuperar, que funcionar seguro que funciona. Es muy bonita la jodía, con el grabado de la marca en la tapa de las pilas (que tiene una anilla plegable para poder colgarla en mural o usarla como lámpara), tan cromada y metálica, la chapita roja también con la marca en letras justo tras el anillo del foco, el interruptor metálico y mecánico de tres posiciones: primera apagado, segunda para encender la linterna, hacer señales o MORSE (con el pulsador de plástico rojo traslúcido que tiene justo delante del interruptor) y tercera pues linterna encendida. Para los años que tiene, ser de chapa (ríete de pensar en nada inoxidable) y la de años que lleva en un mero cajón sin mucha historia, se mantiene bastante bien.

    Si os da por curiosear por la red, os saldrá alguna con similar acabado e interruptor, algo más contundente de aspecto por la forma del foco más que nada, mucho más recto y diferenciado del cuerpo de la linterna. Pero no es esa, del modelo de la nuestra no he logrado ver aún ninguna foto. Es más suave de línea, con la carcasa del foco haciendo su línea parabólica y ovoide más suave hacia el cuerpo, más parecido en ello a una MagLite Mini 2AA o la Varta F20 Premium para entendernos.

  7. Buenas tardes Javier, Alejandro, Biamara y resto de amigos.

    Como dice Biamara que orden, lo mío suele ser un poco de caos ordenado… ahora que ha bajado el ritmo de trabajo en el cole me puedo recrear buscando cosas por internet y pasear por la playa.

    Soy de lo que piensa que el reloj viste el día y lo complementa… por cierto muy bonito reloj del que me encantan los detalles: segundera en forma de piruleta, tipo de saetas, bisel…

    Feliz tarde

  8. Lo que da un día cuando se planifica con orden, y lo bien que acompaña un reloj en muchos de sus instantes cotidianos, gracias por compartirlos. Resulta algo extraño e inquietante cuando se pone el foco en la sucesión de rutinas que componen nuestra vida diaria, quizá porque desde esa perspectiva se aprecian muy bien nuestras dependencias y ataduras más básicas, las que nos definen como individuos pero también las que nos igualan con todos los demás, empezando por el propio tiempo que nos limita. Muy acertado el diseño del Formex, ideal para lucir un reloj de buceo en cualquier lugar y ocasión.

  9. Javier Gutiérrez Chamorro (Guti)

    Encantado de que lo hayas disfrutado ARB CuentaTiempos, esa era la intención. Me encanta lo que hace Formex, es como si se notara que todo está estudiado, pensado y ensayado. Efectivamente a veces vemos cosas que no nos agradan, como la legibilidad del bisel que mencioné, pero justamente la razón es la que tu indicas, prefirieron hacerlo elegante para un despacho. Algo que me parece adecuado.

  10. Javier Gutiérrez Chamorro (Guti)

    Gracias ARB CuentaTiempos. En la sección de contacta conmigo encontrarás el email al que puedes mandarlas. Sé que es engorroso pero he comprobado que cada vez que publico una dirección de email en “plano”, se acaba llenando de spam. Siento mucho los inconvenientes.

    La galería suele publicarse a principios de cada mes, así que por supuesto que llegas a tiempo y estaré encantado de incluir tus fotografías.

  11. Javier Gutiérrez Chamorro (Guti)

    Te diría que aquí en Barcelona ARB CuentaTiempos, el 70% de los relojeros son cambiapilas. Del otro 30% algunos se atreven a operaciones algo más dificultosas, pero es difícil encontrar a uno que te lo haga con conocimientos y fiabilidad. Una vez que cerró mi relojero de confianza me recorrí unas 10 relojerías hasta encontrar a otro en el que pudiera confiar. Los precios seguro que son más caros que en Cuba. Lo normal es que te cobren 10€-15€ por abrir y ajustar un reloj. Si además tienes que pasar la prueba de hermetismo suelen agregarte unos 10€ más.

    En mi caso para la mayoría de relojes de precio relativamente asequible suelo hacer yo mismo la operación de ajuste. La mayor dificultad es abrir la tapa trasera sin arañarla. Por lo demás el proceso de regulación es sencillo. De manera que dejo en manos de relojeros las tareas más complejas, o aquellas en las que intervienen relojes de más valor.

  12. Javier Gutiérrez Chamorro (Guti)

    Me ha encantado Alejandro. Paul Davis me hace menos caso del que me gustaría. Creo que todo aficionado a la relojería le tiene cierta envidia, y yo no soy una excepción, por más sana que sea.

    Es curioso, me pasa exactamente lo mismo con los digitales. Tengo épocas que quizás durante 1 o 2 meses solo uso relojes digitales, y de todo tipo, desde F-91W o F-105W hasta G-Shock más caros. Pero después de eso viene otra en la que me ocurre justo lo opuesto, y la mayoría de mis relojes son analógicos. Supongo que nos gustan ambos mundos y es difícil decidirnos por solamente una tipología.

  13. Javier Gutiérrez Chamorro (Guti)

    Todo lo encuentro muy equilibrado samoa. Muy bien planteado. De hecho sé que el propio Raphael usa sus relojes a diario, tanto en su versión final como en prototipo. Es ese uso, la convivencia día a día con el reloj la que te da la “sensación” de lo que está bien y de lo que está mal.

  14. Javier Gutiérrez Chamorro (Guti)

    Cada uno tiene sus ritos y sus necesidades en lo que a orden se refiere Sergi. Incluso lo que para uno puede ser un orden indiscutible a otro puede parecerle un caos, o simplemente una situación insufrible.

    Justo eso es la vertiente que más me gusta de la relojería. Va más allá de ser un instrumento de precisión. Desde el momento que se une a nosotros se convierte en nuestro compañero, en una forma diferente de experimentar lo que vivimos.

    Disculpa el retraso, ayer tuve un día muy movido (para bien), y alejado del PC.

  15. Javier Gutiérrez Chamorro (Guti)

    Fue una experiencia interesante Ricardo. Todos nosotros llevamos reloj a diario, pero a menudo es algo tan normal para nosotros que ni siquiera le prestamos atención. Cuando nos forzamos a ser conscientes del reloj, de disfrutar de cada momento es cuando nos damos cuenta de lo especial que es y de la fiel compañía que nos hace.

    Te doy la razón, espero poder ir reduciendo la dosis de cafeína poco a poco. Ya he entrado en ir sustituyendo los cafés tardíos por su versión descafeinada que algo ayudarán en ese sentido. Gracias por preocuparte.

  16. Javier Gutiérrez Chamorro (Guti)

    Jostma me ha gustado esa reflexión que haces. Si nos paramos a analizar un día de nuestra vida, es fácil ver que todo es una secuencia de tareas más o menos repetitivas, que dependemos de muchas cosas. Esa dependencia por una lado nos hace mejores, tenemos más medios para extraer nuestro potencial, ya consista éste en saber la hora de una forma agradable, o en trabajar usando un ordenador. Pero por el otro, y como bien apuntas nos hace más pequeños como individuos, más esclavos de esas pequeñas cosas.

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