JUNIO

7 de junio

BEATA ANA DE SAN BARTOLOMÉ, VIRGEN

OCarm: Memoria libre - OCD: Memoria obligatoria

 
Nació en Almendral (Ávila) el año 1549. Fue recibida por santa Teresa entre sus descalzas. Compañera y enfermera en los últimos años de la Santa, marchó, años después de la muerte de la Santa, a Francia para iniciar allí la fundación de los monasterios teresianos. Pasó después a Flandes y fundó en Amberes el monasterio en que pasaría sus últimos años, apreciada y venerada por toda la ciudad. En su Autobiografía se aprecia la calidad y características de su vida interior. Murió el 7 de junio de 1626.

Del Común de vírgenes o de santas mujeres: para los religiosos.

Oficio de lectura

Segunda lectura

De Las Moradas de santa Teresa de Jesús, virgen y doctora de la Iglesia
(Moradas V 3, 8?9. 11. 12; EDE, 2000)

Obras quiere el Señor

La más cierta señal que –a mi parecer– hay de si guardamos estas dos cosas, es guardando bien la del amor del prójimo; porque si amamos a Dios no se puede saber, aunque hay indicios grandes para entender que le amamos; mas el amor del prójimo, sí. Y estad ciertas que, mientras más en este os viereis aprovechadas, más lo estáis en el amor de Dios; porque es tan grande el que su Majestad nos tiene que, en pago del que tenemos al prójimo, hará que crezca el que tenemos a su Majestad por mil maneras; en esto yo no puedo dudar.

Impórtanos mucho andar con gran advertencia cómo andamos en esto; que, si es con mucha perfección, todo lo tenemos hecho; porque creo yo que, según es malo nuestro natural, que si no es naciendo de raíz del amor de Dios, que no llegaremos a tener con perfección el del prójimo. Pues tanto nos importa esto, hermanas, procuremos irnos entendiendo en cosas aun menudas y no haciendo caso de unas muy grandes, que así por junto vienen en la oración, de parecer que haremos y conteceremos por los prójimos y por sola un alma que se salve; porque, si no vienen después conformes las obras, no hay para qué creer que lo haremos.

Obras quiere el Señor; y que si ves una enferma a quien puedes dar algún alivio, no se te dé nada de perder esa devoción y te compadezcas de ella; y si tiene algún dolor, te duela a ti; y, si fuere menester, lo ayunes porque ella lo coma; no tanto por ella, como porque sabes que tu Señor quiere aquello. Esta es la verdadera unión con su voluntad.

Pedid a nuestro Señor que os dé con perfección este amor del prójimo, y dejad hacer a su Majestad; que él os dará más que sepáis desear como vosotras os esforcéis y procuréis, en todo lo que pudiereis, esto; y forzar vuestra voluntad para que se haga en todo la de las hermanas, aunque perdáis de vuestro derecho, y olvidar vuestro bien por el suyo, aunque más contradicción os haga el natural; y procurar tomar trabajo por quitarle al prójimo, cuando se ofreciere. No penséis que no ha de costar algo y que os lo habéis de hallar hecho. Mirad lo que costó a nuestro Esposo el amor que nos tuvo, que, por librarnos de la muerte, la murió tan penosa como muerte de cruz.

Responsorio ( Mt 25, 34b. 36b. 40b)

R/. Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. * Porque estuve enfermo y me visitasteis. (T. P. Aleluya).
V/. En verdad os digo que cada vez que lo hicisteis con uno de estos, mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis. * Porque estuve.
 

Laudes

Benedictus, ant. Con la modestia va la sabiduría; la sabiduría yergue la cabeza del humilde. (T. P. Aleluya).

Oración

Señor, tú que revelas tu grandeza en la humildad de tus siervos, nos has dado en la beata Ana un ejemplo de caridad y de paciencia; concédenos, por sus méritos, que, imitando la vida de Cristo y amando a nuestros hermanos, vivamos según tu beneplácito. Por nuestro Señor Jesucristo.
 

Vísperas

Magníficat, ant. Dios ha elegido a los pobres del mundo para hacerlos ricos en la fe y herederos del reino que prometió a los que le aman. (T. P. Aleluya).
 
 


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