Uso de relojes mecánicos (I)

Estoy convencido que en los tiempos que corren, rodeados de prisas, y sin dar demasiado valor a las cosas, los relojes mecánicos no son aptos para todo el mundo. Por contra, si que hay algunos, que probablemente por desconocimiento, disfrutarían de la experiencia que ofrecen los movimientos mecánicos en lo que a medición del tiempo se refiere, así que este artículo va para vosotros.

Lo primero que debes saber es que los movimientos mecánicos son menos precisos que los de cuarzo. Puede chocarte, pero si lo cuantificamos, diríamos que es del orden de 50 veces. Así que mientras un reloj de cuarzo, puede tener una variación sobre los 15 segundos/mes, en uno mecánico será sobre los 20 segundos/día. Además esta precisión fluctúa dependiendo del uso que le demos al reloj, de la temperatura ambiente, etc. Son muelles y engranajes que se mueven, que sufren la dilatación/contracción en función de la temperatura, que les afectan las vibraciones y los movimientos bruscos, son sensibles a campos magnéticos, y les incluye la posición en la que se encuentren. Así que son también más delicados.

A nivel de funciones, son habitualmente equivalentes a los analógicos de cuarzo de gama baja y media. Así que si tienen calendario, éste no será perpetuo. Es decir, contará todos los meses como de 31 días, y tendrás que corregirlo a mano. Desde luego si incorpora día de la semana, este funcionará perfectamente.

Leyendo esto, puedes concluir que no tienen ninguna ventaja práctica, y si exceptuamos que no necesitan cambio de pila, debo darte la razón.

Sus atractivos vienen de la mano de las sensaciones que aportan. Escuchar el clásico tictac tictac, en vez del moderno toc toc, saber que comprendes su funcionamiento interno, ver como el segundero da varios saltos por segundo, y que son obra de la ingeniería industrial y artesana, en vez de la electrónica. No se trata tanto de consultar el tiempo, como de la forma tan especial en la que se ha conseguido medir.

No te dejes llevar por la cantidad de rubís que incorporan sus calibres, inicialmente eran una medida de prestigio, debido a lo caro de la joya natural, e incluso desde 1902, a fabricarla sintéticamente. Sin embargo hoy en día resulta barato de industrializar, y apenas tienen valor. Los rubís ayudan a reducir el desgaste mecánico, pero a partir de una cierta cantidad, no tienen efecto técnico alguno.

La primera diferenciación que existe entre los diferentes relojes mecánicos, podría ser si hablamos de cuerda manual, o de carga automática.

Relojes automáticos o de carga automática
Dentro de los relojes mecánicos, son los más habituales hoy en día. Éstos se cargan por el movimiento, y no con el pulso como muchos todavía creen.

Aunque las investigaciones en relojes de carga automática, datan de 1770 por parte de Abraham-Louis Perrelet, el primer reloj mecánico de carga automática, se atribuye a la firma Rolex allá por la década de 1920, aunque no hay pruebas irrefutables al respecto. Sin embargo, si que atesoran el primer reloj automático con cambio de fecha, el Rolex Datejust de 1945. Entre medio, fabricarían en 1926 el primer reloj resistente al agua con el concepto de caja Oyster.

Su evolución iría acelerándose y extendiéndose hasta los años 1960-1970. A partir de ahí, y con contadas excepciones, los movimientos actuales no dejan de estar basados en los de aquellos años.

Relojes de cuerda o carga manual
Los relojes de cuerda son muy anteriores a los automáticos, de hecho su invento se diluye en el pasado de los tiempos, y es casi imposible encontrar su origen. Si son no obstante mucho más antiguos que los propios relojes de pulsera. Hoy día la oferta en relojes de cuerda es más bien pequeña comparada con los de carga automática.

El siguiente aspecto relevante, y a partir de aquí ya no encontraremos diferencias entre los de cuerda y los automáticos, es su frecuencia, en general a mayor frecuencia, mayor precisión, y menor reserva de marcha. Los low-beat van a 18.000 bph (beats per hour) o menos, los hi-beat a 28.800 o más, mientras que lo habitual son 21.600 alternancias. En gamas más altas, se puede llegar inclusive a los 36.000.

El punto importante son sus funciones, lo que en relojería se denomina complicaciones. Las más asequibles son:

Cambio rápido de fecha: Se puede cambiar la fecha desde la corona o un botón, sin necesidad de avanzar o retroceder la aguja horaria 24 horas.
Cambio instantáneo de fecha: Al llegar a las 12 de la noche, avanza la fecha rápidamente al día siguiente en cuestión de minutos. Sin ella el cambio es gradual entre las 10h y las 2h.
Carga manual: En los automáticos, además de carga automática, se les puede dar cuerda como a los de carga manual.
Parada de segundero: A la hora de ajustar la hora, el segundero se detiene de manera que son más fáciles de sincronizar.
Carga bidireccional: El rotor de carga alimenta la espiral en ambos sentidos de giro, es decir con menos movimiento, almacenan más energía.
Indicador de fecha: Se le llama también fechador, y mediante una ventana presenta el día del mes.
Indicador de día de la semana: Similar al anterior, pero para el día de la semana. A veces pudiendo escogerse entre varios idiomas disponibles. Algunos calibres muestran el nombre completo tipo “Monday” en vez de “Mon” o “Lun”.
Fecha grande: En vez de contener una anilla con todos los días del mes, incluye dos, una del 0 al 3 y otra del 0 al 9, lo que permite que su tamaño sea más grande y por tanto más legible. El inconveniente es que al llegar el fin de mes, tendremos que incrementar todas las unidades del 1 al 9.
Indicador de 24h: A veces una esfera auxiliar, y otras veces la principal, muestra la hora en el rango 0-24h en vez de 0-12h.
GMT: También llamado segundo huso horario, es una esfera adicional, o una aguja más en la esfera principal, que muestra la hora en otra zona horaria.
Presentación de reserva de marcha: En forma de indicador en la esfera que muestra las horas de carga que nos quedan, o el porcentaje acumulado.
Cronógrafo: Medición de lapsos de tiempo mostrando segundos y minutos transcurridos. En algunos casos también horas y décimas.
Indicador de día y noche: Similar al indicador de 24h, pero en forma de esfera adicional que muestra un sol o una luna, dependiendo de si es de noche o de día.
Alarma: Alarma del tipo de los relojes despertadores mecánicos de toda la vida.

Otras, probablemente se alejen de nuestros bolsillos, así que no entraré en sus detalles: Cronógrafo fly-back, indicador de fase lunar, tourbillon, calendario perpetuo o anual, sonerías, repetición de minutos, …

6 comentarios en “Uso de relojes mecánicos (I)”

  1. Javier Gutiérrez Chamorro (Guti)

    Muchísimas gracias Diego. Tal y como lo tenía previsto, la siguiente entrega irá relacionada con las particularidades de los relojes mecánicos, y la tercera con sus cuidados. ¿Te gustaría que hubiera más profundidad en esas funciones que expongo, o bien que trate otras más complejas como calendarios perpetuos, cronógrafos flyback, etc?

    Un enlace alucinante Fernando. He disfrutado mucho con su lectura.

  2. Yo tuve varios relojes de cuerda cuando era niño (incluso un despertador), son buenos, lo malo es que luego se me olvidaba darles “cuerda” y al otro día a mitad del día se detenían y pues cuando necesitaba saber la hora pues nada 🙁

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