Cuando hablaba de estándares cronométricos, surgieron algunas cuestiones. La mayoría relacionadas con el hecho de cómo era posible que fuera cronométrico, una medida con tan poca precisión.
La explicación es doble, por un lado comprender cómo funciona un movimiento mecánico. y uno de cuarzo, y la otra, entender que asumimos como mucha o poca precisión.
Un reloj de cuarzo, es decir, más del 95% de los relojes que se venden, ya sean analógicos o digitales, de pulsera, de sobremesa, de pared, o de coche, funcionan de manera electrónica. Mediante una alimentación eléctrica, ya sea una pila de botón, una batería recargable, una toma de corriente, o una batería, se conecta a una lámina de cuarzo.
Esta lámina de cuarzo, por las propiedades naturales del mismo, vibrará con regularidad ante la conexión de corriente, pudiéndose transformar esa vibración en una nueva corriente. La velocidad a la que vibra dependerá de cómo esté tallada la lámina de cuarzo, de su pureza, y de la temperatura a la que se encuentre. Lo habitual es que lo haga a 32.768 Hz, es decir, casi 33.000 veces por segundo.
Esta corriente de salida que se produce 32.768 veces por segundo, va conectada a un contador de 15 bits, que cuando llega a su máximo de 32.767, produce overflow, y pasa de nuevo a cero. En este punto, podemos decir que ha transcurrido un segundo. Al llegar ese segundo, se actualiza el display LCD de nuestro digital, o el engranaje de la aguja segundera, se mueve un paso.
Si tenemos en cuenta que por definición un reloj funciona continuamente, al menos hasta que se agote su fuente de alimentación, tenemos que en solamente un minuto, el cristal de cuarzo ha oscilado 1.966.080 veces; en una hora 117.964.800 veces.
Sin embargo, la aguja segundera, es decir la parte no electrónica del reloj, solamente se moverá una vez por segundo. Así que si tenemos en cuenta un reloj analógico, al que la pila le dure 5 años, el cristal de cuarzo habrá vibrado la escalofriante cifra de 5.100 billones de veces. En cambio el segundero, es decir, sus engranajes, lo habrán hecho solamente 157 millones. Ello explica porque el desgaste de un reloj analógico de cuarzo es relativamente bajo.
En un reloj mecánico, lo que tenemos es un acumulador de energía potencial, es decir una cuerda dentro del barrilete del calibre. Esta energía potencial, se libera regularmente mediante un escape que está ajustado para hacerlo entre 18.000 bph y 36.000 bph.
Así que mientras un reloj de cuarzo, vibra 32.768 veces por segundo, un reloj mecanizo lo hace solamente 5 o 10 veces por segundo. En cambio, sus componentes mecánicos, lo hacen también entre 5 y 10 veces por segundo, es decir, 10 veces más que las piezas mecánicas en un reloj de cuarzo. Por ello los relojes mecánicos llevan aceites especiales que lubrican las piezas móviles susceptibles de ser desgastadas.
Este escape controlado de energía, se calibra para ser lo más preciso y exacto posible. En ello entra en juego los materiales con los que esté construido, su diseño, la temperatura, la posición, …
Ante tal magnitud, y si consideramos que un día consiste en 86.400 segundos, darle al mecanismo una precisión del 99%, que a priori parece elevadísima, sería insuficiente para su cometido, hablaríamos de un desfase de más de 2 horas cada día. Algo que podría ser habitual con por ejemplo un reloj de arena o una clepsidra (reloj de agua).
Si elevamos la cifra a un 99,9%, serían 15 minutos al día, demasiado también. Hay que reducir el margen de error a cifras superiores al 99,99% para llegar a las cifras que nos daría un reloj mecánico antiguo: 80 segundos al día.
Cabe recordar, que durante los años 60 y 70, antes de la irrupción de los relojes de cuarzo, era habitual una precisión de un minuto diario. Una cifra que mejoraba hasta el minuto semanal, en los instrumentos que se consideraban de precisión.
Pero ya hemos visto, que la precisión obtenida, es en efecto superior, cercana al 99,999%, es decir, 9 segundos diarios, y que rozaría el 99,9999%
Imaginemos lo que representa un aparato que es tan preciso como 99,999% que obtienen los relojes mecánicos, cuando un test de embarazo lo es solamente al 99%, o un radar de tráfico al 95%, entonces entenderemos porque se consideran instrumentos de precisión, y por tanto, miembros por derecho propio de la mejor cronometría.
Como siempre un post genial. A mi tanto número me marea (se nota que eres informático :D)
Ciertamente los mecánicos son máquinas de alta precisión, y sin embargo y aún así, están por detrás de los de cuarzo 🙂 Eso demuestra que los simples engranajes no tienen nada que hacer ante la potencia de cálculo de la microelectrónica. Creo los mecánicos son -si atendemos a la historia, y obviamente es una forma de verlo bastante personal- un paso por detrás de los digitales. Los primeros ordenadores eran simples engranajes a los que de alguna forma se les podía «programar», pero nadie en su sano juicio -por cariño, melancolía o lo que sea- usaría hoy en día uno de aquellos armatostes de piezas dentadas y que solo podían hacer cosas muy básicas. ¿Por qué se sigue usando el reloj mecánico? Pues porque se ha convertido en una joya, un motivo de status, un adorno. Pero como útil para dar la fecha, la hora y demás, no tiene nada que hacer frente a los digitales.
Lamentablemente, esos mismos argumentos también sirven para los relojes «smartwatches» frente a los digitales convencionales (mal que me pese, lo sé, lo sé 🙁 ).
En última instancia resulta que al final solo llevas determinado reloj porque le tienes cariño a esa máquina. Por exactitud, fiabilidad, prestaciones y un largo etcétera, muchos no los llevaríamos. Si al final es solo cariño, como cuando no quieres desprenderte de tu viejo coche para llevarlo al desguace, aun a pesar de saber que vas a cambiarlo por uno mejor y más moderno…
Viniendo de ti el calificativo de genial, es todo un orgullo, viendo el nivelazo que hay en ZonaCasio, y en tu blog personal.
Los relojes de cuarzo, son máquinas increíbles en cuanto a precisión, un buen Casio que da 10 segundos/mes o menos, o un Bulova Precisionist, que da 1 segundo/mes son factores que superan el 99,999999% de precisión, algo inaudito en casi cualquier máquina sea electrónica, y por supuesto mecánica.
Tu conclusión es muy correcta, si queremos un reloj herramienta, un digital será la mejor opción, más información en pantalla, más precisión, menor consumo energético, sin piezas móviles, … Y por tanto eso querría decir que como en los años 80, todos deberían llevar uno, cosa que no es así. Lo que vemos en la calle son relojes de buena calidad de construcción tipo Lotus, Viceroy y Festina, pero donde la maquinaria, no deja de ser una bastante genérica de Citizen, y lo que menos importa, que en mi opinión debería ser precisamente lo más importante.
Y como bien apuntas, los SmartWatches, por sus funciones, deberían ser lo que todos lleváramos, siempre y cuando no nos importe que sean inútiles sin un móvil, o que la batería no dure nada.
En lo que a mi respecta, si tengo que llevar el móvil encima, para eso miro la hora allí, y me ahorro el SmartWatch. Si llevo reloj, es porque un digital cumple todas mis necesidades, lleve o no lleve móvil, o un mecánico me genera cierto placer cuando lo veo funcionando en la muñeca.
Si pudiera permitirme el mantenimiento de un coche clásico, lo tendría también, aunque fuera sólo para disfrutarlo una vez a la semana como hago con mi W-780. Volvemos a hablar de irracionalidad, y emociones, algo que es difícil de objetivar, pero que es así.
De todas formas, si necesitas precisión está claro que un smartphone sincronizado por ntp cada poco es lo que toca… pero salvo para los transtornados por la precisión (veo uno cuando me pongo frente al espejo ;P ) un reloj en la muñeca es mucho más útil aunque vaya un par de minutos fuera de hora.
Para mi es un incordio tener que sacar el móvil para mirar la hora, cuando un simple movimiento de muñeca me da la información con «suficiente» precisión.
Los relojes mecánicos tienen su encanto en tanto en cuanto necesitan un mantenimiento para cumplir bien su función: darles cuerda/cariño cada tanto, ponerlos en hora cada dos/tres días (en el peor de los casos)… reconozco que ese contacto con la «máquina» tiene su atractivo… aunque para un perezoso como yo es demasiado ;P
Saludos
Totalmente de acuerdo Fernando. Un reloj autónomo, que no requiere de un móvil, es mucho más práctico.
Un reloj mecánico es obvio que no es para todos los públicos, a pesar que hace 40 años, la mayoría tenían uno de esos, y no pasaba nada. Sería como usar una cabina telefónica para llamar. Hemos perdido tanto la costumbre, que nos parece más incómodo de lo que en realidad es.
¡Fantástica exposición! No se podía decir mejor en tan poco espacio. Y merecida defensa de los mecánicos.
Yo, al contrario que Fernando, soy un «nerviosillo», y me da mucha más pereza pensar que algún día tendré que cambiar la pila (exige ir a comprarla, buscar un ratito para coger las herramientas del reloj, abrirlo, etc.) sabiendo que el reloj se parará porque nada te avisará cuando eso vaya a ocurrir, y por tanto estaré algunas horas sin reloj (siiiiií, ya sé que eso ocurrirá cada mucho tiempo, pero como he dicho, soy un nerviosillo)), que pensar que al cabo de un mes, en sólo unos segundos pondré mi mecánico en hora, y que no se me va a parar. ¡Se necesitan sólo unos segundos! ¿donde está la pereza?. Por eso hace poco, tomé la decisión de no comprar más relojes a pilas.
En todo caso, sólo un solar competiría (para mí) con un mecánico en ese tema, aunque hay otras razones por las que el mecánico (insisto, para mí) no tiene competencia.
Insisto, me ha gustado mucho este post, muy bien expuesto y muy bien argumentado.
Se me ha venido a la cabeza, al hablar de mecánicos, solares y de pilas, como hace unos dos años, cuando empecé mi verdadera afición por los relojes (gracias a Casio, todo hay que decirlo), la idea de un solar no la contemplaba y la de un mecánico… ni siquiera lo pensaba.
Sin embargo, al estar «dentro», al comprender muchas cosas, al estudiar muchos temas de relojes, y al tener en mis manos un solar y un mecánico, mis ideas son diametralmente opuestas, habiendo pasado a todo lo contrario, no sé si será evolución (en temas relojeros), madurez (idem) o simplemente cambio de gustos, pero echando la vista atrás, yo mismo me extraño…
Es verdad que eso de saber que el reloj te dejará tirado en cualquier momento para tener que cambiar la pila, es algo que a muchos nos inquieta también Francisco Frivero. Es lógico que ambos hayamos acabado defendiendo los solares y los mecánicos. Al menos los modelos que indican que la pila se está agotando, te dan cierta tranquilidad de cara a planificarlo, pero es algo poco habitual en ellos, y en cambio algo que todos los solares contemplan.
En mi caso, hasta retomar la afición, pensaba que los relojes automáticos ya no existían, que era algo que había dejado de fabricarse… Siendo sustituidos por los Kinetic o algo similar. Nada más lejos de la realidad. Por lo demás, creo que es debido al conocimiento. La mayoría comenzamos con relojes asequibles y de buena apariencia, tipo Lotus, o Time-Force, hasta que en algún momento, vimos que Casio seguía haciendo buenos relojes fuera de los típicos Collection que veíamos, o que otras marcas menos populares, daban tanta importancia al mecanismo, como al diseño externo y los materiales.
Francisco, soy tan perezoso que cuando el enganche para la correa de mi anterior reloj se partió estuve sin llevar un reloj durante al menos año y medio… cuando la pila de mi actual reloj me dejo tirado (y eso que noté que cualquier día me dejaba en la estacada) tardé como dos o tres meses en ir a una relojería a que me la cambiaran… también en esos meses no llevé más reloj que el móvil…
Al final te das cuenta que, en general, la rutina te ayuda, pues con saber la hora en determinados momentos el resto va «rodado»… en el curro suelo mirar un reloj de pared o el del ordenador… y en casa pues con tanto aparato con reloj pues ni lo hechas en falta… y en la calle o miras al móvil o le preguntas al de al lado que ya parece que lo de hablar con otras personas de de otro siglo…
Un saludo
Es verdad que hay multitud de maneras de saber la hora hoy en día. Buen apunte lo de preguntar a la gente. Y la cantidad de relojes que dan la hora en casi cualquier sitio. Estaciones de tren, indicadores luminosos en la calle, ordenador, …