Fernando se dio cuenta de algo curioso, he escrito muchísimo sobre libros, y más aún sobre programación, en especial de la vieja escuela, o las batallitas del abuelo cebolleta como yo las llamo. El caso es que nunca hay escrito sobre ambas disciplinas a la vez. Es decir, sobre libros y sobre programación. En su Guía de referencia rápida para programadores, «Funciones del MS-DOS» y «La ROM BIOS de IBM» de Ray Duncan me retó a hacerlo, así que ahí voy…
En Al principio fue el libro resumía la importancia clave del material impreso por aquella época de los años 80 y 90. Internet no era lo que es ahora, y la mayoría de conocimientos los adquiríamos de forma autodidacta, por ensayo y error muchas veces, y por sentido común otras.
Las publicaciones electrónicas en forma de archivos de texto, fancines o tutoriales como Norton Guides, Help-PC, SWAG, Ralf’s Brown Interrupt List eran del poco material que disponíamos de forma digital. Así que cuando encontrábamos una revista que nos enseñaba, era como avanzar 10 pasos de golpe. Desde Microhobby, hasta la más reciente Sólo Programadores, pero con puntos intermedios, que aunque parezca increíble, llegaba a tocar el tema de la programación PC-Actual, PC-World, Binary, …
Los libros, cuando eran buenos, era como si ese especial de la revista, se extendiera durante cientos de páginas. Una tarde de lectura, podría resultar una epifanía. Obviamente no era fácil encontrar ese tipo de libros, no se vendían en cualquier librería, la mayoría eran en ingles, y por regla general tremendamente caros. En mi memoria están Programación gráfica en el IBM PC de Dan Illowsky y Michael Abrash (1985); Los videojuegos juicios y prejuicios de Juan Alberto Estallo (1995); Diseño de juegos de Antonio M. Ferrer Abelló (1986); El Universo Digital del IBM PC, AT y PS/2 de Ciríaco García de Celis (1992) o PC Interno programación del sistema de Michael Tischer (1993).
Sin embargo el reto era quedarse con sólo un libro, y ya de antemano admito que he fracasado. Haciendo memoria sobre mi libro más relevante, lo he limitado al lenguaje de programación que me marcó. El lenguaje C, aquel que quise dominar desde que me enteré de su existencia. Que era igual de rápido que ensamblador, y que se utilizaba para programar sistemas operativos y juegos.
¡Aprenda C ya! de Augie Hansen (1988)
Empecé con DeSmet C completamente a golpes, intentando comprender los ejemplos, y modificarlos. Luego encontré un curso de C, que no era demasiado bueno, y entonces me topé con este volúmen. La traducción de Learn C Now, que empezaba casi desde cero, y en sus casi 350 páginas, cubría gran parte del lenguaje C. El libro no era estupendo, pero si bastante bueno. Lo mejor, que traía un par de discos con Microsoft Learn C, una versión recortada de Quick C, con su completo IDE (editor, depurador, ayuda y compilador). No tenía todas las funciones, y era incapaz de generar archivos ejecutables, pero era el compañero de viaje idea para probar todo lo aprendido. Aún conserva el precio, descuento incluido del año 1992: 7.210 pesetas.
Turbo C++ Second Edition de Borland International (1991)
No es un libro como tal, sino el conocido paquete de software Borland Turbo C++ 1.01. Sin embargo, en aquella lejana época, tan importante como las herramientas, eran sus manuales impresos, y este traía dos. Un poco interesante User’s guide de 400 páginas, y un muy jugoso Programmer’s guide de otras tantas. Por fin una herramienta profesional, que combinaba lo que había visto en Turbo BASIC y Turbo Pascal, pero en lenguaje C. Además, con el nuevo IDE multiventana basado en Turbo Vision que luego veríamos en Turbo Pascal 6.
La parte de atrás de la caja, era tentadora, capturas de pantalla, y una frase que decía: «Una biblioteca con más de 450 funciones». Era impresionante. Un regalo que costaba 9.995 pesetas, un precio de saldo debido a que esta versión con 8 discos de 5,25 pulgadas, no tuvo demasiada salida.
Turbo C/C++ 3.1 Manual de referencia de Herbert Schildt (1994)
La ayuda de Borland era magnífica, presentaba casi todas las funciones, y muchas de ellas tenían ejemplos. Pero faltaba la visión de conjunto, conocer todo lo que daba de si Turbo C++. Y este tomo de más de 1.000 páginas, lo explicaba todo. Me llevó unas vacaciones de Navidad al completo leérmelo, y eso que lo hacía de manera intensiva durante 6 u 8 horas cada día. Un libro que compré por 5.995 pesetas, gracias a que el desconocimiento de aquella época, incluso en tiendas como Hipercor estaba bajo mínimos, y a veces rebajaban cosas para quitárselas de encima, aunque pocos meses antes costase casi 3 veces más.
Vuelos de Fantasía de Christopher Lampton (1993)
No impresionaba ni por el título, ni por la portada. Jamás lo hubiera comprado sino hubiese leído antes una reseña de él en una revista, porque su objetivo era muy ambicioso. Construía desde cero un simulador de vuelo para DOS en lenguaje C++, y encima lo hacía usando Borland C++. Aunque repasaba los conceptos bastante rápidamente, hablando de memoria, sprites, ratón, sonido y 3D, eran ideas que ya tenía, lo que me faltaba era saber como se desarrollaba todo aquello desde un enfoque profesional, no de aficionado como yo tenía. No era un libro que impresionase como el PC Interno de 1.500 páginas. Este «solamente» tenía 600, pero entonces, aquello nos parecía poco, quizás por eso su precio, también rebajado tras recorrer varias librerías, era razonable: 4.795 pesetas.
Continuando con la cadena de Fernando, reto a Bianamaran otro que también tiene mucho que contar al respecto de los libros y la programación.
Genial!!
La verdad es que los libros costaban una auténtica barbaridad, aún cuestan, pero antes era imposible avanzar si no conseguías algún libro.
Yo he llegado a comprar libros por un sólo capítulo… incluso por unas pocas páginas.
Para los jóvenes programadores de hoy es impensable ponerse a programar sin tener un navegador a mano, dudo mucho que lleguen a comprender del todo la dificultad de programar a ciegas y sin casi información de cómo hacer las cosas.
La verdad, te tenía que gustar mucho la programación para meter tantas horas como metíamos, muchas veces para hacer alguna tontería que no sería para nada: sólo era el reto de hacerlo uno mismo.
Todo ha cambiado mucho Fernando, y dudo que se imaginen lo laborioso que era ese aprendizaje. Pero creo que tenemos la suerte de haber conocido o vivido, todas las fases de la informática.
1) En los 70 y los grandes sistemas, no había acceso a nada. Era IBM o Honneywell o similares, las que impartían cursos de formación y entregaban la documentación a tu empresa. Fuera de ahí, no había acceso en absoluto ni a la información, ni a la máquina en si.
2) En los 80 con la microinformática, unos pocos pudimos tener un ordenador. El conocimiento estaba en revistas, y algún que otro libro. En todo caso poca cosa, y como dices, generalmente cara. La forma de aprender era peleándote, y si tenías suerte, compartiendo esos conocimientos de manera presencial con gente similar. Pena que aquí no triunfaran esos clubs de la informática.
3) En los 90 con internet, puedes bajarte documentos, tienes un acceso más fácil al software, pero aún así sólo para expertos, y gente con suerte que tiene internet, o acceso a ella.
4) En el 2000 ya encuentras tutoriales en la web que te explican paso a paso todo. Los serials están a la orden del día, y cualquiera puede obtener el software.
5) En 2010 va a más. Ya no vale un tutorial, la gente quiere vídeos, o incluso código listo para ser «sableado» desde stackoverflow.
Sí, leer tu entrada me ha hecho recordar esa sensación de devorar todo el material que podíamos alcanzar, era como atravesar las fronteras de lo desconocido. Frikismo en estado puro.
Recojo el reto y aunque de aquellos años apenas conservo cosas (las que pude las escaneé), tengo alguno que me ha gustado mucho, no es antiguo -o no tan antiguo como esos de los noventa-, pero a mí me entusiasmaron. Será bonito contarlo, a ver si soy capaz de transmitir tan bien como tú lo que sentía con ellos.
Desgraciadamente hay algunos que yo tampoco conservo Bianamaran. Sin embargo, estos cuatro que muestro, son tan especiales para mi, que los he cuidado como oro en paño a pesar de todo el uso que han tenido. Incluso a veces los ojeo, y me sorprendo dándome cuenta que sigo recordando la mayoría de cosas.
Tengo también algunos título más recientes, bien porque me parecieron interesantes, bien por su valor «histórico». ¿Alguien recuerda Microsoft Visual J++? Microsoft fue el primero en darse cuenta que Java nunca sería portable, tomó el lenguaje, y mejoraron su implementacíón sobre Windows, ofreciendo un IDE estupendo basado en Visual Studio. Finalmente en Sun se «pusieron tontos» defendiendo lo que era suyo, y que pensaban que era una virguería… Ironías del destino, hace algunos años habrían el código fuente en un movimiento desesperado…
¿Que quieres que te diga? ¡A mi me gusta como explicas las cosas tu!
me lees la mente, macho… Precisamente el mio iba sobre j++… Jajaja! Que fuerte, me has echado abajo la sorpresa 😀 Debes tener telepatia o algo 😀
Jaja. ¡Qué cosas! Entonces tendré que buscar el de Futuresplash y luego el de Macromedia Flash o algo parecido, jeje.
Ahora en serio, J++ me encantó, conservaba lo bueno de Java, y mejoraba sus carencias. Cuando ya empezaba a dominarlo, zas, cae el palo y se extingue. Supongo que por eso conservo el libro.
Recuerdo el libro de Java de Deitel & Deitel, aquel de las hormiguitas, me sirvió muchísimo.
Yo llegué a tenerlo nunca, pero si recuerdo haberlo visto. Un librazo gordo y grande, que estaba muy bien editado. Como regalo de Navidad, te lo dejo para que recuerdes viejos tiempos: (25 Mb. en formato PDF).
Gracias