Estéticamente me gusta mucho el Vostok K-43 Retro 540851. El no tener fechador, y el segundero pequeño, creo que le dan originalidad y practicidad al modelo. Ya sabéis lo tedioso que es ajustar el día del mes en los Vostok que no tienen ajuste rápido de fecha como tal, y los problemas que suele dar la aguja segundera si son más pesadas de lo habitual. Pero su cristal de plexigas, y su correa de piel me echaban un poco para atrás.
Así que al final llegué a este Vostok Komandirskie K-34, un modelo lanzado en 2012, con variantes de esfera negra (340872) y blanca (340946). Para continuar en mi linea habitual, escogí este último. Partiendo de los K-34, usan la esfera y las agujas del K-43 Retro “Kirovskie” 1943 (550946), dándole un aire estético muy parecido a los K-43 Retro. Ya decía que el reloj de barco 5-ChM M3-36 no iba a ser mi último Vostok…
Kirovskie significa literalmente de Kirov, y viene a indicar los primeros Poljot fabricados allí tras las órdenes de Stalin como parte del primer Plan Quinquenal, tras percatarse que los oficiales del ejército no disponía de un reloj adecuado.
Lo bueno es que añade un armis macizo de acero inoxidable con un ancho de 20 mm, que en cuanto a calidad no tiene nada que ver con el del aparente Komandirskie K-35, o el modesto Amphibia 060, hablamos de un brazalete de buena calidad, y que por tanto no necesita ser reemplazado. Ofrece cierre con pulsadores, aunque no bloqueo de seguridad a presión. Es larguísimo, de hecho el más largo que he visto, por lo que estoy seguro servirá para muñecas de 20cm de diámetro o incluso más.
Además, equipa un cristal mineral, algo poco habitual en la factoría de Vostok, que de nuevo es una importante mejora sobre el de plástico.
No acaban ahí las novedades, y por supuesto, ofrece una resistencia al agua mejorada a 10 ATM como en los nuevos Komandirskie. Lo mejor no obstante, está por dentro, usando el calibre de manufactura propia Vostok 2415B / 2415.02, de movimiento automático con carga bidireccional, posibilidad de remonte manual, 19.800 vph, 31 rubís, 31 horas de reserva de marcha, pero con pequeño segundero a las 9, algo poco habitual.
La caja tiene un tamaño más acorde a las tendencias actuales, 43 mm de diámetro sin contar la corona, y una altura de 12 mm. El peso del conjunto es ciertamente elevado con motivo de la calidad del armis macizo y su exagerada longitud: 165g. Externamente el acero se presenta en una tonalidad grisácea en tono mate, que nos recuerda mucho al titanio.
En un claro homenaje al primer K-43 de 1943, que fabricaban únicamente como equipamiento militar antes de lanzarse los K_26 “Pobeda”, evita el feo, y muchas veces inútil bisel de Vostok, y aporta una percepción clásica y sencilla, que nos recuerda a los tradicionales relojes de pulsera de los años 40, pero sin eliminar del todo esa imagen índustrial rusa.
Se presenta en una caja de cartón de color negro, con el logotipo de Boctoc, no tiene el encanto de las cajitas de plástico rojo, pero resulta bastante aparente, y cumple con su cometido. Además del reloj, contiene un manual de instrucciones/garantía Komandirskie, en ruso, y de forma totalmente novedosa, también en inglés, aunque sin la fecha de fabricación/QC como en otros Vostok.
Me gusta que contra la norma habitual, la corona no sea roscada, una característica que lo hace más cómodo de usar, y que como viéramos con Certina o con Hamilton, es innecesaria hoy en día para profundidades de 100M o menos.
El lumen está aplicado solamente a la aguja horaria y minutera, hubiera estado bien también en los índices como en el K-43 Retro. Por lo demás, no es tan potente como el de los nuevos K-35, pero si algo mejor que en los Amphibia y Komandirskie clásicos.
Otro detalle que no me satisface al completo, es la aguja segundera pequeña, que es de color plateado, en vez de pavonada como las otras dos. No solamente desentona, sino que la hace menos legible al confundirse fácilmente con el fondo. En realidad no le vendría mal que las agujas fueran algo más largas, tanto para el segundero (1-2mm), como en la horaria y minutera (3-4mm).
El rendimiento del guardatiempos es bueno, como he visto en las últimas piezas de la marca. Así sobre una precisión oficial de -20/+60 segundos/día, mi unidad da de fábrica unos +9 segundos/día, lo cual está muy bien, pese a que tal vez intente afinarlo un poquito más. Pero lo mejor de todo, es que al igual que con el M-Force, si lo dejo todo el día sobre las 9, retrasa un poco, pero si lo dejo sobre las 3 (corona), consigo que retrase 6-8 segundos, que me permite compensar el adelanto normal.
El salto de calidad, es indudable, aunque también lo es el precio, sobre el doble que un Komandirskie automático, y cuatro veces más que los clásicos de cuerda. No obstante, me voy dando cuenta que pese a que los básicos de Vostok dan mucho por muy poco, si se quieren adecentar, suele ser necesario cambiarles el brazalete, reemplazar el armis, o incluso la trasera, lo que al final añade dinero y trabajo, no resultando tan asequibles. En cambio, este K-34 del que os hablo, es un reloj de pleno derecho, listo para usarse tal cual viene de fábrica, con la salvedad del capricho del fondo visto y la bata de acero que podríamos añadirle, como digo, más por deseo que por necesidad.