Fue Alejandro quien en Juguetes de cuerda me sugirió la idea de adquirir una armónica o harmónica. Las opciones eran enormes, mucho más de lo que uno podría esperar de un instrumento que parece estar en desuso como todo lo analógico hoy en día. Las económicas Gorki de juguete o las Suzuki chinas con reseñas opuestas entre los compradores de Amazon me decantaron por una marca fiable y que conocía, se trata de la alemana Hohner y de la que guardo un grato recuerdo porque en mis tiempos de E.G.B. pasé de una flauta genérica a unas de las que ahora se llaman Melody Line con referencia 9508 de esa marca. En el pasado era una marca reputada, y comparativamente con sus rivales genéricos de precio medio-alto. Esas flautas dulces se pueden encontrar ahora por unos 7€, así que en armónicas los precios tampoco debían de ser prohibitivos.
En el año 1857 Matthias Hohner fundaba la empresa que desde entonces lleva su apellido en Trossingen (Alemania) y que actualmente es Hohner Musikinstrumente GmbH & Co. KG. La curiosidad es que Hohner había sido relojero hasta que comenzó a fabricar los primeros instrumentos musicales, las armónicas, llegando a construir la mayor fábrica del mundo dedicada a la producción de estos instrumentos y siendo por tanto el primero en producirlas de forma masiva. La empresa familiar llegó con Matthias Karl Hohner, la cuarta generación hasta 1986.
Además de tener un fundador relojero, otro detalle que pocos conocen es que en la década de 1980, algunos teclados electrónicos de Casio como el HT-3000 se vendieron con la marca Hohner en este caso usando el modelo KS61, pero también lis VZ-1/HS-2). Para más casualidad, aunque con bastante lógica si lo pensamos, fue un joven relojero alemánm Christian Friedrich Ludwig Buschmann quien en 1821 inventara algo parecido a la armónica de boca. La armónica de cristal se conocía en China desde el año 3.000 a.C. A partir de ese año surgieron muchas adaptaciones del instrumento, algunas en paralelo como la del sastre Christian Messner. Su evolución va a la par con la del acordeón, un instrumento también de viento muy emparentado con la harmónica.
En 1830 Joseph Richter daría forma al instrumento tal y como lo conocemos en la actualidad con 10 agujeros y 20 lengüetas, motivo por el cual a la armónica diatónica se la conoce como afinación de Richter.
Ya centrados en Hohner mi primera opción era el modelo Blues Band de la gama Enthusiast Series que se podía encontrar a 10€. Parecía la opción ideal para iniciarse, sin invertir demasiado dinero en algo que tal vez pudiera terminar olvidado en un cajón. El problema es que era Made in China, algo que en cuanto a caprichos iba en contra de mis ideas. Entonces fui un paso más allá, hasta los 25€ y escogí la Hohner Special 20 de la gama Progressive Series que sí era Made in Germany y que según indica la propia marca es el modelo de armónica más copiado del mundo. La Special 20 fue la primera armónica diatónica del mundo con placas de lengüeta empotradas en el peine, creando una boquilla de plástico saliente que hacía que fuera más cómoda de tocar.
La Hohner Special 20 es una armónica diatónica dispone de 20 notas, 10 son aspiradas y 10 son sopladas, y se puede adquirir en diferentes claves, afinaciones o tonalidades Richter y Country, en claves de HG, F#, F, E, Eb, D, Db, C, B(H), Bb, A, Ab y G. La mía lo es en Do mayor (C), la Special 20 Do (C).
Tiene 10,2 cm de longitud y está fabricada en plástico ABS (acrilonitrilo butadieno estireno). Lleva una cubierta de acero inoxidable con bonitos grabados de la marca. Las placas de las lengüetas son de latón de 0,9mm de grosor. Según la marca es apta para principiantes y además también para profesionales, por lo que afirman que estará con nosotros durante todos nuestros progresos, lo cual me gusta mucho como idea.
Es bonita y clásica y viene con un estuche plástico de color gris que si bien no pega con el concepto del instrumento, cumple su cometido a la hora de guardarla.
De la Special 20 Do me gusta porque es muy agradecida, desde el primer momento puedes ponerte a tocar por instinto y el resultado no es desastroso. Aunque como es mi caso tengas un oído de «madera», es fácil desde el principio ir tocando y que no suene disonante, supongo que de ahí vendrá el nombre de armónica, de su armonía que es muy superior al de una flauta dulce y mucho más agradecida desde el comienzo. Aprender a tocar es algo laborioso y que requiere mucha práctica, pero tras unos cuantos días con ella resulta entretenido. La buena noticia es que además de mucho material de pago, en la web tenemos cantidad de recursos gratuitos para el aprendizaje.
Según dicen los expertos, modelos más avanzados son la Hohner Marine Band y Hohner Crossover antes denominadas Hohner Classic que tampoco son mucho más caros que la Special (parten de los 35€ hasta los 60€).
¡Qué chulada, Guti! Me guardo las fotos del packagin, es una pasada.
Por cierto, ¿por qué has puesto los comentarios en orden ascendente? Es un asco navegar hasta el último y leer luego de abajo arriba, no se entera uno de nada.
Conozco un amigo que le encanta, pero con la edad se le torcieron los dientes y ya no puede tocarla (dicen que la armónica hace sufrir mucho las encías, lo digo para los que tengáis niños pequeños).
Gracias por la advertencia Pimiento. Sé que los labios sufren por el roce, pero no tenía ni idea de que además pudiera dañar las encías.
Muchas gracias Fenix Hebron. Fíjate que cambié el orden pensando que así serían más útiles porque no haría falta bajar hasta abajo, pero lo pongo como estaba sin problemas.
Supongo que es como todo, los tenistas sufren codo de tenista, los violinistas acaban con las cervicales destrozadas… O sea, si te pasas horas y horas tocando un instrumento, pues te pasa factura, es indudable. Hasta yo con el yo-yo me destrocé el hombro (y no es broma).
Muy interesante artículo Guti, buen instrumento para esa afición tan preciosa que es la música y acerca del daño a las encías, es verdad aunque es a muy largo plazo. Gracias por seguir escribiendo mi amigo. Saludos desde México.
Como te decía en el otro post, hace cosa de año y medio yo también cogí una Hohner Special 20 Progressive afinada en DO (estuve dudando entre esa y la Marine Band también de Hohner). Según vi en varias páginas, la ponían muy bien como armónica para aprendizaje y para tirar después un buen tiempo así que preferí invertir algo más pero tener algo duradero. Hasta ahora estoy contento con ella. De momento no la he roto (creo) pero mis hijos soplan por ella como si no hubiera mañana.
Doy fe de ello Pimiento, y seguramente tu también por los informáticos: Síndrome del túnel carpiano, problemas de espalda y cervicales… Todo abuso es un riesgo y desgraciadamente tendemos a abusar de lo que nos gusta o de lo que nos mantiene.
Un saludo también para ti Ricardo desde Barcelona en España. Sobre la armónica, me he dado cuenta que es más pedagógica y menos disonante que una flauta, el instrumento que tradicionalmente se usa en las escuelas.
Me pasó justo lo mismo Alejandro, lo de que sirva para empezar, y para continuar con ella una vez ya sabes un poco más (lo de profesional me parece excesivo) es una garantía de cara a no tirar el dinero. Me es muy útil tu testimonio con año y medio y «vida dura», porque la mía es mucho más reciente y no puedo atestiguarlo, así que encantado de saber que dura porque es lo que buscaba.
Unas dos o tres semanas antes de comprar las mías, lo que terminó dándome el empujoncito para ello fue la opinión que le escuché al Maestro Zapata en uno de los programas mañaneros de RNE en los que suele participar. Zapata que es tenor, músico, fue uno de los que ingrabab Il Divo… vamos que es alguien que sabe lo que se hace y que intenta hacer más cercana la música.
Pues bueno ese día tocaron el asunto de por qué y cómo no se da mejor música desde la escuela en plan de iniciación (como tantas cosas… el mismo Código de Circulación de forma gradual, por ejemplo, que a ver cuándo empiezan) en España. ¡Puso fina la cosa! Decía que normal que nos fuera peor, pues desde que se suele empezar por meter primero toda la teoría y técnica de la música (que no es fácil, y lo hace aburrido y tedioso) encima, «la guinda» según él es la fiebre de la flauta dulce.
Lo explicó de dulce, nunca mejor dicho, y su resumen era que no había mejor fórmula para asuntar y disuadir a los niños de la música: los pones con la teoría y escritura y lectura de partituras sin dejar primero jugar, tocar y entender la música de oído, ritmo y tono. Y cuando les dejas tocar, les impones un instrumento de los más complicados tanto por escaso rango de tono y demás que tiene, como de familiarización y dominio.
Cuando le preguntaron qué instrumentos usaría él, sin dudarlo dijo: «pues uno en el que casi nadie suele caer pero que es mucho más agradecido y flexible, la harmónica.» Entre otros que mencionó, como incluso algunos de percusión para ir interiorizando el ritmo. Pero como instrumento ya con más melodía y tono, que no resulte complejo ni soso, la harmónica.
Y doy fe. En mi época de colegio a eso de segundo o tercero de EGB nos quisieron poner asignatura de música. Y efectivamente así empezamos, y con la puñetera flauta dulce. Ni dos años duró la cosa… NORMAL. Toda la clase desmoralizada y aburrida. Y sin embargo en los primeros tanteos más o menos dejando jugar con la música, a mí sin ir más lejos me gustaron mucho más las claves. Ya ves, el juego de dos varas gruesas de madera… y a otros los chinchines, el triángulo, alguna caja… pero la piedra angular para machacar(nos) tenía que ser la sosa y aparentemente inocente flauta dulce.
Claro, en cuanto la Dirección vio que eso estaba siendo un castigo más que sembrar semilla y un bien, pues a paseo que fue Música sin perjuicio por ello en la evaluación general.
Hay instrumentos que son muy complicados, y entre ellos están precisamente los de aire. Si alguien que sabe de música opina eso de la flauta dulce… ¿qué narices hacen en las escuelas durante tantos años? ¿Querer enriquecer con/la música y culturizar en ella a los niños o hacer que la aborrezcan en cuanto recuerden la flauta dulce y oigan solfeo?
Yo aún tengo las Gorki. Aunque ya alguna lengüeta se ha desajustó un par de veces, pero pude corregirlo abriéndola. Las Gorki están bien hechas, pero se nota que están más orientadas a niños… y me da que aún tocando suave, soplo y aspiro a veces más fuerte de lo que pueden resistir sin desajustarse. Pero aún me cumplen, sobre todo la diatónica de 10 celdas (la de trémolo de más del doble de celdas es otro cantar, aunque también mola, suena muy tirolesa y celta).
Cuándo le coja un poco más de soltura a ver cuál me compro ya más seria. Tengo por suerte una tienda de música muy cerca de mi casa en la calle de al lado, en donde ya pregunté y tienen harmónicas y más o menos a mismo precio que en la red. A mí me ha gustado de lo que he escuchado y visto en diatónicas de Hohner (es la que hay en todos lados la verdad, en la tienda me piden la quiera, pero las que tenían allí el 95% eran Hohner), la Marine Band (peine de madera, no de plástico, suena diferente al que es más resistente a largo plazo y a humedad el de plástico claro) y especialmente la Melody (preciosa además, me gusta mucho en sí). Pero he escuchado está última afinada en Mi y en Fa, y me hizo mucho tilín… pero por eso mismo espero y sigo de mientras practicando, no sea que meta la gamba por no pillarla en Do y según vea lo que más me de por tocar pues no me sea la más adecuada. Pero me gustó cómo sonaba en el vídeo que la vi, tenía una musicalidad muy bonita.
En sonido y aspecto algunas Suzuki también me han gustado. Pero también evitaré el made in China en general, y más moviéndose lo que me interesa en torno a un rango de precios desde digamos los 25 euros hasta los 70 (la Hohner Melody se mueve en torno a los 40-50 euros más o menos).
¡Y no digamos algunas armónicas cromáticas! (las diatónicas pero con la perilla que abre su variedad de notas y subtonos, tanto en soplado como aspirados). Hay auténticas cucadas.
Las armónicas es que encima de ser un instrumento asequible y no resultar de los más caros, es que alegra la vista también.
Dicen que la armónica es el instrumento más fácil de aprender a tocar, pero el más difícil de lograr ser un virtuoso. Desde los once años comencé a soplar en una ‘O Fado’ de Hohner, su sonido y soplando con ganas resultaba muy chillón, despues y a medida que iba perfeccionando fui comprando otros modelos, siempre de la marca Hohner. Mi padre me regaló una Superchromonica 260 de Hohner, la primera cromática que tuve. Actualmente tengo dos cromáticas una de doce agujeros ‘De luxe’ y una Hohner ‘Hard Bopper’, diseñada con los consejos del genial Jean «Toots» Thielemans, tiene un sonido algo más duro, más indicado para temas de Jazz, aunque dificil de apreciar los matices de sonido para el profano. Aunque la armónica la toco a temporadas, nunca he perdido afición, y por supuesto, no soy ningún virtuoso. Como grandes virtuosos me gustan: Larry Adler, Toots Thielemans, y Antonio Serrano, un gran maestro, con 14 años le apadrino musicalmente Larry Adller. Saludos
Gracias por el testimonio Ferry. Yo soy un novato, no llego a tu nivel ni de lejos, pero me sirven mucho esos consejos de gente experta. No entiendo porqué la armónica parece estar marginada hoy en día. Todo son ventajas ante la flauta dulce, incluso a la hora de transportarla.
Decía en una entrevista Antonio Serrano que los únicos instrumentistas que iban con las manos libres a los conciertos eran: el pianista, el arpista y el armonicista; que la transportaba en el bolsillo.
Cuidados importantes para la armónica: Calentarla entre las manos, sobre todo en climas fríos, soplando muy suavemente sin que suene. No tocar despues de comer, sin antes lavarse bien la boca, los restos de comida son fatales, si se toman bebidas que lleven azucar y alcohol, también las deteriora. Antes de guardarla conviene esten secas las lengüetas y el interior. Darlas lustre con una gamuza de las utilizadas para gafas, el alcohol solo limpiar la embocadura cuando se compran. Si se abusa de limpieza con alcohol mucho el acero toma un tinte azulado. Saludos
En Madrid en la calle de San Bernardino está la tienda-taller de Antonio Estebaran, reparación de armónicas y acordeones. También las vende y a buenos precios.
Qué buenos consejos Ferry. Gracias.
Me ha resultado curioso el de no tocar después de comer sin antes lavarse los dientes. Hombre, en las humedades con metales (y no digamos si hay también madera) ya se sabe, la cosa es delicada. Con el aliente de por medio aún más. Lo de que llegue algún tropezón a la armónica (oka resto de comida) eso sí que ya me ha matado, jajajaja… pero a ver, habrá pasado de todo en este Mundo de dios…
Yo tampoco creo que llegue a nada que parezca virtuoso. Pero al menos, sí que me parece un instrumento asequible, que puede gustar y enganchar relativamente fácil, como quién prueba y se enamora con la guitarra.
Pero nada, a los niños, la flauta dulce de las narices. Que hasta yo mismo recuerdo cierta sensación de «esto no funciona ni noto que vaya sonando a mejor». Antes llegué a ganar alguna soltura en el teclado del CASIO PT-88 siguiendo sus melodías con el patrón de luces, y hasta sacar con un poquito de intuición algunos acordes improvisados (que obviamente jamás lograba repetir xD), que lo que llegara a notar mientras tuve clase de música en el colegio y a nada, ¡toma! la flauta dulce.
En fin, ya digo que en lo que es en clase, las pocas clases que pillé sencillamente las claves, más molaba.
Y lo que es que cuando tuve alguna armónica de juguete, que las vendían recuerdo hasta en los puestos de chucherías y demás hasta en los parques (y también kioscos), más ratos les eché. La flauta dulce una vez se fue al garete la clase de música, no volvió a salir del trastero.
Alejandro : cuando digo restos de comida, me refiero a esas partículas que suelen quedar en la boca, que poco a poco quedan adheridos en las lengüetas y es el fin de la armónica y las bebidas son poco recomendables ya que las lengüetas se cristalizan, y se desafinan.
Saludos
Ya, si lo entendí. Era bromear con la situación exagerada que me imaginé.
Y ya puestos, si un día con la armónica desarmada, quisiéramos desinfectar un poco para una temporada las lengüetas… ¿cómo aconsejarías para hacerlo mejor sin liarla? Y que seque luego bien sin residuo, porque claro, el aire sigue pasando por ahí tanto soplando como al aspirar… ¿con alcohol isopropílico previo desmontaje de las lengüetas del peine y una vez bien secas, montarlas de nuevo?
Pregunto porque es algo que no se me ha pasado por la cabeza hasta ahora. Cuando abrí la mía para ajustarle una lengüeta que se había desafinado (quedó pasable) aparentemente estaban limpias, sí que por si las moscas limpié bien el interior de las tapas ya que estaban desmontadas, pero eso es fácil. Pero ¿y para desinfectar de cuando en cuando las lengüetas en sí?
Y eso hablando de que estén montadas en un peine de plástico. Pero ¿y si es con peine de madera? Habría que desmontarlas y desinfectarlas de cuando en cuando de alguna manera que no será dañino para las mismas, así como supongo también para las partes de peine de madera más expuestas a la posible humedad en el interior de la armónica.
Exacto, es algo que no le damos valor Ferry, pero que es muy práctico. La puedes llevar en cualquier lado.
Te agradezco mucho los consejos Ferry. Como aprendiz en la materia pensaba que lo de calentarla era para no dañarnos los labios, no para la «salud» del instrumento. Te lo agradezco mucho.
Gracias Alejandro. Pones de relevancia lo de asequible, y es que no hay que olvidar que casi por el precio de una flauta de plástico tenemos una armónica de metal. O sea, no sólo es más agradecido y fácil de transportar, sino que encima es un capricho barato. De esas cosas de antaño que por unas pocas decenas de euros tienes diversión para horas y horas. Por ese precio, hoy una pareja ve una película de cine de 2 horas y nada más.
Y hasta creo que acierto si digo que también con más variedad, Guti. Porque ya ves, la que tú has elegido, se mueve en torno a los 25 euros. En ese precio también hay otras de otros fabricantes (y con sus diferencias también en aspecto, que oye, al neófito o caprichoso también por el ojo le entra o no antes una que otra).
Pero es que subes apenas sobre los 10 euros más, y ya tienes las «Marine Band», también metal pero incluso más clásicas aún y con peine de madera (también cambia el sonido), que también las recomiendan en clave Do como esta Special 20). Y si estiras (si se puede) el presupuesto hasta al menos unos 30 euros más, el abanico de fabricantes y estilos de armónica y sus aspectos que se abre es curioso: la misma Hohner Melody (que es una preciosidad), algunas Suzuki, Fender y otras más.
Vamos, que si te encaprichas en alguna, no le haces ascos a la de 25-35 y la comprarías sin dudar, pero dices «a ver qué hay, que no me importa comprar otra que me entre más por el ojo», te ves fácil en la tesitura «¿Cuál me compro? ¿Y por qué sólo una?»
Igual meto la pata porque apenas estoy iniciándome Alejandro, y vamos, que me centré sólo en Hohner, pero me pareció que el modelo más barato, de origen chino eran unos 10€, y el más caro no llegaba a los 150€. Son unos extremos que casi cualquiera puede llegar a permitirse. Si ponemos esas cifras en el contexto de una marca media, aunque sea tipo Jaguar en relojes, los importes son mucho más amplios y los relojes caros no están al alcance de cualquiera.
Claro que sí, pero por eso mismo me centraba en el presupuesto y bolsillo que bien por cauto o por ajustado. El que puede contemplar esos 30 euros aproximados, pero que si también puede ampliarlo hasta digamos al menos 60 ó 70 euros, también es un desembolso que ya nota y le supone un esfuerzo. Por eso recalco lo de las opciones que tiene el instrumento a pesar de lo ajustado de presupuesto.
Si se sube apenas a las 3 cifras, también hay preciosidades y virguerías, tan aptas para la curiosidad como para darse el gusto y ver si engancha o no.
Totalmente Alejandro, de hecho esa puntualización de presupuestos era muy buena. En mi caso el que he fallado soy yo, quizás la uso cada 2 semanas o así, lo suficiente como para que se me olvide lo poco que he aprendido. Es un instrumento que me encanta, pero al final todo son excusas y uno se pone con otras cosas.
No es necesario desmontar la armónica para limpiarla y desinfectarla, las lengüetas son muy delicadas y se pueden desafinar. Como ya dije yo solamente las desinfecto de nuevas. En las cromáticas suelo limpiar la embocadura y las placas donde van el slide o palanca de cambios, en esto no hay peligro de desafinarla. No conviene utilizar desinfectantes ya que son agresivos para la madera y el metal. Tengo un amiguete que utiliza la cromática Comet, que llrva el peine de plástico y dive que las pone al grifo de agua, cuando me lo dijo me hizo mucha gracia. Hay una cromática la CX 12 que es toda de plástico, se desmonta sin herramientas y esta si se puede poner al grifo, claro está muy suave para no dañar las lengüetas. Lo más difícil de tocar la armónica es sacar un buen sonido, es fundamental una biena embocadura, no soplar mucho y jugar con vibratos de boca, lengua y garganta, también la posición de las manos para hacer acústica, Larry Adler era el mejor, ahora la armónica se toca de una forma más directa
La Golden Melody tiene un sonido muy bonito.
Os contaré algo de mis otras aficiones: Artes Plásticas, Cine, Jazz y Tiro con Arco; las motos ya las dejé en la cochera.
Saludos
Empiezo por el final Ferry. El tiro con arco lo probé durante un par de jornadas, me gustó más que disgustarme, aunque tampoco me llegó a apasionar. Sin embargo el problema era la distancia hasta el recinto de tiro, que obligaba a tener que planificarlo con antelación. Es decir, no es como hacer footing (que tampoco me gusta), que te apetece, te bajas a la calle y corres. Requiere preparativos y planificación. Las motos al igual que los coches siempre me han gustado. Aunque una caída tonta con un coche que me empujó en un semáforo y me tiró al suelo, afortunadamente sin mayores consecuencias me hizo ser consciente de su peligro.
Te agradezco mucho los consejos sobre la limpieza. Cuando uno empieza en algo todo es nuevo y no tiene ni idea de nada. Así que eso de evitar el agua y el jabón en las lengüetas me parece muy útil. Además sé que hay más gente que está empezando con la armónica, por lo que de parte de ellos también muy agradecido por el aporte.
Cualquier pregunta que os pueda dar información estaré encantado. Al tocar la armónica debe hacerse como si la besaras con suavidad, es bueno mojarse los labios con la lengua y pasarla de graves hasta agudos. Me parece exagerado lo de que los dientes o las mandíbulas sufran, ya digo, hay que besarla, no morderla.
Creo que accidentalmente he enviado dos veces el mismo comentario. Javier disculpa, borra uno por favor.
Saludos
Eres muy amable Ferry. Gracias por tu oferta. Personalmente la tendré muy en cuenta. Espero poderle dedicar algo más de tiempo al instrumento.
Un instrumento especial de disfrutar cuando el intérprete es virtuoso. Yo soy mucho de oir la armonica de Bob Dylan y el genial ciego Stevie Wonder, pasando por los Beatles y sin olvidar el gran Talk Box de Peter Francton. Pero de todo lo que me gusta mas, son los solos de armonica de las grandes peliculas del Oeste y Western Spaguetti.
El sonido tan dulce la hace muy agradable ARBcuentatiempos. Lo bueno es que incluso sin ser un virtuoso puedes obtener resultados que al principio al menos, no son estridentes. Luego llega la dificultad de perfeccionarse, y ahí estamos, aprovechando ratos muertos para sacar la armónica. ¿Lo bueno? Que es muy entretenido, que no necesitas una sesión de práctica de 2 horas, si tienes 10 minutos, la tomas de la cajita, haces sonar algunas notas y es suficiente.
Por supuesto los grandes son un deleite, y como bien visualizas, la imagen del Far West con el cowboy solitario acompañado solamente de su caballo y su armónica.